lunes, 28 de diciembre de 2015

BIG BROTHER 2023 EN MARTE

Al parecer lo único que verdaderamente dinamiza la exploración espacial es el negocio del entrenimiento. En 1969 la llegada del hombre  a la Luna fue transmitida al mundo, en uno de los eventos televisivos con más rating de la historia; en el 2023 la instalación de una colonia humana en Marte,  ”el siguiente gran paso de la humanidad”, transmitido globalmente: “el evento mediático más grande de la historia”, según el Premio Nobel Gerard ‘t Hooft.
Mientras Obama tiene pensado la llegada del hombre a Marte en 2030 o más, Mars One, a base de fondos privados y la esperanza de capitalizar un reality show, promete iniciar el establecimiento de una colonia desde el 2016, preparando el camino para que en 2023 un grupo humano se instale en la superficie marciana y viva ahí por el resto de sus vidas.
El proyecto cuenta con el apoyo de Paul Römer, cofundador y productor ejecutivo de la telefranquicia Big Brother  y aparentemente sería presentado en el formato de este popular programa de televisión, sólo que con la evidente variante de que los “inquilinos” estarían aprendiendo a vivir en Marte, con alta tecnología y un paisaje que podría alterar radicalmente su estructura mental.
No hay duda que el proyecto suena interesante, desde el punto de vista científico y desde el punto de vista de entretenimiento. Al mismo tiempo resulta un poco siniestro (y usurero) que solamente podamos financiar una empresa de este calibre en función del show business que genera astro-conejillos de indias y hace de Marte un producto de consumo. Hay una especie de bizarria cósmica que recuerda a las novelas de Phillip K. Dick, varias de ellas ambientadas en Marte,  y en las que los colonos son parte de un experimento (en algunos casos sin saberlo). ¿Tal vez este sea el destino de la colonización de Marte, un experimento orquestado desde la Tierra, un lugar que ha sido colonizado por el mass-media? Para añadir al atractivo del show, solo faltaría que no se les informara a los nuevos habitantes de Marte que están siendo filmados y observados minuciosamente desde la Tierra. O tal vez que se les dosifique con una droga que altera la naturaleza de la realidad, mientras nosotros observamos, desde el confort de nuestra sala de estar, cómo se va desintegrando su psique.

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